China se deja conquistar por el aroma del café
- Después del agua y el té, el café es la bebida más consumida en China, y en el mundo
Yasef Calderón (Diario del Pueblo)
Los principales medios de prensa han resaltado el reciente informe del World Coffee Portal, donde se confirma que China ha superado a Estados Unidos como el mercado de cafeterías de marca más grande del mundo por puntos de venta. Este crecimiento, donde Shanghái ostenta la mayor cantidad de este tipo de establecimientos en el orbe, va bien impulsado por la constante expansión del consumo, la incesante revitalización del país y la búsqueda de un desarrollo de alta calidad.
Los historiadores han identificado a la aldea Zhukula, en Yunnan, como el primer lugar en China donde se cultivó café y se tomó el primer café local. La memorable gesta ocurrió en 1892, cuando un misionero francés plantó café en Zhukula y convidó a los campesinos de la zona. Desde entonces, los Yi han mantenido la tradición del café en China. Además, desde la dinastía Qing algunas zonas del país se conectaron con el extranjero y aumentaron su comercio exterior. En Shanghái, Nanjing y Guangzhou, el café acompañó este momento de despegue industrial.
Statista precisa que el consumo promedio de café por persona en China ascendió en el 2022 a aproximadamente 11 tazas, desde las nueve tazas del 2021, y el número de consumidores nacionales de café en China ha superado los 300 millones de individuos. Por otra parte, la encuesta publicada por Alibaba Group Holding, y la plataforma de comida para llevar Ele.me, revela que el número de clientes chinos que compran café en línea se multiplicó por 1,5 desde 2019. Con los vientos a favor, las empresas chinas de café crecen rápidamente. Y aunque su concentración de mercado aún es relativamente baja comparada con Starbucks y Nestlé, un buen número de marcas emergentes se perfilan con fuerza y dos competidores principales dentro de la nueva modalidad del negocio: Luckin Coffee y Coffee Box. En cafetería tradicional hay que contar con Pacific Coffee, y en el café de especialidad de alta gama cobra relieve Fisheye Cafe y Greybox Coffee.
El renovado panorama cafetero en China también abre un vasto mercado a las marcas extranjeras que operan en el gigante asiático. No es raro encontrar en las calles un amplio surtido de establecimientos internacionales, y hasta se puede tomar café en gasolineras, farmacias y hasta en el «China Post Cafe» de las oficina de correos. Asimismo, se pueden adquirir desde sabrosas mezclas hechas a partir de granos nacionales hasta los más exclusivos del top 10 como el Esmeralda de Panamá, el Molokai de Hawaii, el Blue Montain de Jamaica, o la mismísima joya de la corona: el Black Ivory Coffee, de Tailandia, que en su innovador proceso emplea elefantes para consumir cientos de granos que excretarán, para luego recuperarlos y tostarlos.
La Organización Internacional del Café ha indicado que la producción mundial de café disminuyó un 1,4 % interanual en el período 2021/22, hasta los 168,5 millones de sacos. Sin embargo, se espera que al finalizar este año se haya recuperado un 1,7 %, totalizando los 171,3 millones de sacos. Por otra parte, el consumo mundial de café aumentó un 4,2 % hasta los 175,6 millones de sacos, y se calcula que durante el 2023 aumentó un 1,7 % hasta los 178,5 millones de sacos. Como resultado, el mercado mundial del café viene experimentando una insuficiencia global estimada en 7,3 millones de sacos. Brasil sigue como el líder indiscutible (los sacos de yute de 60 kilogramos que históricamente se usaban para exportar granos desde Brasil siguen siendo el estándar mundial para medir la producción y el comercio). Y aunque las exportaciones de todas las formas de café de Asia y Oceanía disminuyeron un 35,7 % en septiembre de 2023, en la cosecha 2021/22, China produjo casi dos millones de sacos y se mantiene entre los 15 primeros lugares.
En 2021, el mercado del café de China creció un 31 por ciento con respecto al año anterior y se prevé que aumente a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 9,63 por ciento entre 2022 y 2025. Se estima que el valor de la industria china del café llegará a superar el billón de yuanes en el 2025. Y el café en China, desde el 2022, figura dentro de las “nuevas oportunidades” en el «Catálogo de Fomento Industrial para la Inversión Extranjera».
Entre las tres formas habituales, los clientes chinos prefieren consumir el café en un vaso portátil y tomarlo mientras se desplazan. Casi todo el café que se consumía en China hasta el 1999 era del tipo “listo para beber” (RTD). Sin embargo, a finales del 2021, con la entrada de Starbucks y otros baristas de renombre, el café fresco comenzó a ocupar el segundo lugar entre los preferidos, a pesar del indiscutible protagonismo del RTD. Unido a este patrón en la forma de consumo, Imedia Research ha revelado las principales motivaciones en China para tomar una taza de café: “necesidad de refrescarse” (53,1 por ciento), “degustar el singular sabor del café” (53,2 por ciento), “disfrutar del ambiente social y estilo de las cafeterías” (31,3 por ciento), “simboliza un sofisticado estilo de vida” (28,4%), “necesidad de hacer vida social” (22,4%) y “ayuda a la digestión” (15,1 %)
Los analistas resaltan que aunque el número de bebedores de café en China se ha disparado en los últimos años, la mayoría de los consumidores provienen de ciudades bien desarrolladas de nivel 1 y nivel 2 como Shanghái, Beijing y Shenzhen. Este fenómeno explica por qué las principales marcas nacionales de café como Manner Coffee y M Stand tienen solo unas pocas tiendas en ciudades de nivel inferior. Aunque parece surgir un nuevo rasgo cultural unido al auge del turismo rural chino: el gusto por el café en pequeñas ciudades y pueblos rurales, definidos como las “nuevas minas del café”. Durante el 2023 se han escrito más de 30.000 notas sobre “café rural” en la red social china Xiaohongshu, y el tema #caférural en Tiktok se ha visualizado más de 8,96 millones de veces, según detalla el blog especializado Café Calentito. Además, las estadísticas de Meituan, una importante plataforma de entrega de alimentos y bebidas en línea, demuestran que el año pasado el crecimiento de los cafés en los mercados de nivel inferior, incluidas las ciudades pequeñas, pueblos e incluso áreas rurales, fue mucho mayor que en las principales ciudades de China.
Uno de los ejemplos más elocuentes es el Café Kakimo, abierto desde el 2020 en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet. Bajo la filosofía de “poner el café dentro de la rutina diaria”, su propietaria, Gongsang Dekyi, ha convertido este espacio de ambiente acogedor en un sitio muy frecuentado por jóvenes tibetanos. Y si bien, en Lhasa las casas tradicionales de té dulce están por todas partes, los ingresos del Café Kakimo pueden rondar los 500 dólares diarios.
Otro valor que ofrecen las cafeterías modernas de China es la inclusión social y chispas de humor. A Ken (alias), un joven chino que padece discapacidad auditiva, lo rechazaban porque no podía comunicarse con los clientes. Sin embargo, con la ayuda de la Federación de Personas con Discapacidad de Shanghái, ha podido cumplir su sueño de ser barista en el Café Hinichijou, muy popular entre los internautas debido a la garra peluda de oso que portan los camareros cuando sirven la humeante bebida.
Después del agua y el té, el café es la bebida más consumida en China, y en el mundo. En la misma senda del tradicional té y las suculentas cenas circulares que expresan el buen convivir de los chinos, el café del siglo XXI también se apunta al cumbite y al disfrute solidario en espacios públicos donde muchos dialogan, estudian, se enamoran o emprenden con un sorbo de aromática ilusión sobre la mesa, apoyando a millones de agricultores cuyo sustento familiar depende de este noble cultivo.
Gracias al trepidante desarrollo económico y social, la buena gestión del consumo, la ampliación de una clase media solvente y la fuerza que le imprime la inyección de inversión al engranaje de las cadenas de valor, a todos sus niveles, hoy en China la cultura del buen café crece, se sofistica e inaugura nuevos horizontes para todos los gustos.