La infraestructura que China promueve tiene un componente de paz
Entrevista con Ignacio Villagrán, director del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires y es un estudioso de la historia del periodo imperial temprano en China y de la creciente presencia de la RPCh en América Latina
Irma Villa Ortiz
«Algunas de las políticas que se dan durante el periodo de Mao sirvieron para que China tuviese centros productivos que no se concentran sólo en las franjas costeras, por ejemplo, el proyecto de las comunas.»
14 de diciembre de 2022, Xalapa, Ver.-“La presencia de China en América Latina (AL) es cada vez más visible, no porque las empresas chinas tengan un acceso privilegiado a los mercados nacionales, sino porque no hay otros países tan dispuestos a financiar inversiones en grandes proyectos, especialmente los de infraestructura, ya que estos implican riesgos financieros significativos, afirmó Ignacio Villagrán, director del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires, quien dedica su tiempo a investigar la historia de lo que se conoce como el período imperial temprano de China y la creciente presencia de lo que hoy es la República Popular China (RPCh).
Ignacio Villagrán habló sobre su interés por el país que actualmente tiene más de mil 400 millones de habitantes, su historia y algunos temas contemporáneos, entre estos el de La Franja y la Ruta; la presencia de sus empresas en América Latina (AL); y la supuesta represión al pueblo uigur.
La fascinación por la capacidad de controlar, gobernar y administrar un territorio tan extenso, con una población tan amplia en un periodo tan temprano, llevó a Ignacio Villagrán a interesarse en el periodo imperial temprano en China.
Para el primer siglo de nuestra era, en China ya había aproximadamente 60 millones de personas, de una gran diversidad étnica y religiosa. “Eso me fascinó, las capacidades y los discursos que permitían llevar adelante el gobierno de este espacio”.
Una transición bien pensada
“Desde una perspectiva histórica, y pensando en las transiciones del siglo XX y el XXI, China tuvo una historia bastante convulsionada.
En 1949, que es cuando se funda la República Popular China (RPCh), marca un hito al consolidar esa idea de lograr un espacio territorial gobernado por un solo centro político, con algunas variantes de centralización, el Partido Comunista de China (PCCh).
La capacidad del PCCh para llevar adelante el proceso de transformación no dejó dudas, aun en algunos momentos de mayor tensión o conflicto interno -como puede ser a mediados de los cincuenta o mediados de los sesenta-, hay una continuidad.
Contra un discurso o contra el planteo de que las visiones de Mao y Deng son irreconciliables, hubo una transición bien pensada y coordinada a comienzos de los setenta del siglo pasado, lo que permitió garantizar la continuidad de la conducción del Partido Comunista. Las posibilidades de desarrollo que después heredó y, de alguna manera, potenció el liderazgo de Deng Xiaoping.”
Generaciones de líderes
“Algunas de las políticas que se dan durante el periodo de Mao sirvieron para que China tuviese centros productivos que no se concentran sólo en las franjas costeras, por ejemplo, el proyecto de las comunas. Con éste se da a las localidades, a áreas que antes habían sido meramente rurales, la posibilidad de industrializar su producción; eso también tiene un impacto muy grande, después, con la política de Deng, esa producción industrializada se empezará a comercializar tanto a nivel nacional, regional y luego internacional, que es un modelo que se da con gran apoyo de los gobiernos provinciales.
En ese sentido, creo que es importante pensar la estructura que tiene la historiografía de China, como que son generaciones de líderes: la primera es la de Mao; la segunda es la de Deng; la tercera va a ser la de Jiang Zemin; la cuarta la de Hu Jintao y Wen Jiabao; y, la quinta es la actual, la de Xi Jinping, y están hablando de la 5.5 o si ya pasan a la sexta, que eso va a ser uno de los sucesos que se esperan para el año próximo.”
La Franja y la Ruta (IFR)
“Se habla de la Franja, cuando se refiere a lo terrestre; y de la Ruta, a lo marítimo. Antes también la llamaban un Cinturón y una Ruta, le fueron cambiando el nombre, ya como la Franja y la Ruta surgió en 2013, con la idea de invertir en proyectos de conectividad que permitieran por un lado que la producción china llegara a los mercados de Europa por vía terrestre, de forma rápida, y por otro lado conectar a través de puertos en Asia, el sudeste asiático, el sur de Asia y luego pasando por el Golfo Pérsico, llegando por el Mediterráneo a través de la ruta marítima; también la idea era decir: ‘invertimos en infraestructura, hacemos que nuestros productos lleguen de manera más rápida y económica a los mercados del mundo’. Había elementos de geopolítica que mostraban cómo se podía conectar un área geográfica, sobre todo la de los países de Asia Central, en la que China comenzaba a tener grandes inversiones para garantizar el suministro de hidrocarburos, el gas y petróleo para su matriz energética; había también un componente de paz, buscaba pacificar. Pensemos que desde 2001 había una presencia norteamericana en Afganistán muy fuerte, había que generar esos acuerdos con otros actores, geopolíticamente en el área de Asia Central, y por otro lado promover esta idea de China como una potencia responsable, que puede contribuir al desarrollo de otras naciones, que da lugar al diálogo y a la negociación, que no impone su voluntad o sus intereses.”
China tiene un pasado de relaciones pacíficas
Ignacio Villagrán mencionó que China recurre a la historia para decir que tiene un pasado de relaciones pacíficas, productivas, beneficiosas con otros pueblos.
Recordó que en la China de Han, a fines del siglo II antes de la era cristiana, el emperador Wu de Han envió a Zhang Qian como emisario a forjar alianza con los estados del oeste. Tras algunos años, Zhang Qian logra establecer contacto y relaciones diplomáticas con las poblaciones en el Asia Central, lo que favorecería el comercio transasiático en lo que luego se llamaría la Ruta de la Seda.
Otro antecedente más tardío se conoció como el Galeón de Manila, que tiene que ver con el período de la mundialización ibérica, ya en el siglo XVI de nuestra era, una conectividad que empieza a atravesar a nuestra América, en México a los puertos de Acapulco y Veracruz que serán centrales en esa conectividad global, los productos venían de China a través de Manila.
Las empresas chinas no tienen acceso privilegiado en AL
“La presencia de China en América Latina es cada vez más visible, no porque las empresas chinas tengan un acceso privilegiado a los mercados nacionales, sino porque no hay otros países tan dispuestos a financiar inversiones en grandes proyectos, especialmente los de infraestructura, ya que estos implican riesgos financieros significativos. Las entidades financieras de China pueden operar con plazos de recuperación de la inversión mucho más flexibles que los de la mayoría de las entidades financieras. Para China, es viable recuperar los montos en 20 o 30 años, por ejemplo, ya que prioriza las relaciones asociadas a ese financiamiento. Esto constituye una diferencia fundamental. China, opera bajo la certeza, la casi certeza, de que el sistema político chino se va a mantener por los próximos años ya que hoy en día no hay visos de que vaya a haber algún tipo de cambio, ya que su gobierno se muestra muy sólido.
Entonces, ante la falta de opciones en AL para financiar grandes proyectos, porque tampoco hay tantas instituciones financieras internacionales que apoyen el desarrollo en la región, y ante la idea de que es necesario recomponen la matriz energética y pasar a energías limpias, promover la integración a través de redes transnacionales de transporte de mercancías ya sean fluviales o terrestres a partir de sistemas de ferrovías, la necesidad de adecuar los puertos al tipo de navíos y las cantidades de cargas que se ven hoy en día, ahí está China, ese tipo de discusiones son las que se analizan.”
La autonomía de la región uigur
“China tiene 55 minorías étnicas, los uigures son un grupo minoritario que está establecido en la región de Xinjiang, y está reconocida su autonomía por parte del gobierno, lo que no se va a permitir es el secesionismo. Aquí se ve cómo opera la política internacional real, la geopolítica. Los uigures no fueron un problema para China hasta, más o menos 2015, ahí empieza, es otro problema geopolítico, junto con el del Tíbet.
¿Qué pasa? Son dos grandes espacios territoriales que tienen esta población con una identidad muy fuerte que, durante más de 50 años, no habían tenido el problema de ser uigures y ser parte de la República Popular China.”
Los intereses de otras potencias y los proyectos secesionistas
Ignacio Villagrán, para finalizar la entrevista, dijo que también hay proyectos secesionistas que están de alguna manera avalados, promovidos, financiados -algunos casos- por otras potencias que tienen otros intereses, como es el caso de la presencia de EU en Afganistán.
“Tiene intereses reales en esa región y de hecho ha habido portavoces del Pentágono admitiendo que una de sus formas de desestabilizar a China es afectar sus áreas de frontera”.
Recordó que, durante su estancia en la Universidad de Michigan, tuvo una discusión con sus colegas estadounidenses: “Planteaban que China tenía que renunciar al Tíbet. Les dije que ellos sabían desde cuándo se articuló este Tíbet, como parte del último imperio de lo que hoy es China, que era la dinastía Qing, que fue una dinastía manchú, que lo incorporó en el siglo XVIII. Les planteé: ¿qué hacemos con California, Texas, Nuevo México, Arizona, a quién corresponden?
Se sabe que la territorialidad de los estados-nación es problemática porque siempre es resultado de disputas, de luchas de poder y demás. Volviendo a la contemporaneidad, sí es muy probable que en China haya medidas de control respecto a la población uigur, sobre todo en las áreas que podrían ser secesionistas, terroristas, es muy difícil saber qué pasa en esta región, lo que sí es que el problema no es el islam, porque existe desde el siglo VIII de nuestra era.”