7 de septiembre de 2024
Opinión

Europa ya no es modelo a seguir para ALC: Luis Huacuja

  • El investigador es responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea de la Universidad Nacional Autónoma de México 
  • Impartió la conferencia virtual “El relanzamiento de las relaciones Unión Europea-América Latina y el Caribe en un entorno global convulso”

Xalapa, Ver., 23 de abril de 2023.- Luis Antonio Huacuja Acevedo, responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impartió la conferencia virtual “El relanzamiento de las relaciones Unión Europea-América Latina y el Caribe en un entorno global convulso”, organizada por el Programa de Estudios de América del Norte (PEAN) de la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI) de la Universidad Veracruzana (UV).

El investigador comentó que Europa se cree la única autorizada para hablar de paz, democracia y cohesión social en el mundo, y saber mejor lo que le conviene al sur global; sin embargo, su pasado colonial y recientes contradicciones entre ideales y acciones potencian su falta de autoridad moral.

«Europa ya no es el modelo a seguir para América Latina y el Caribe (ALC) debido a que esta región geopolítica, compuesta por más de 40 países, observa con desilusión como aún es vista por el continente mencionado con soberbia, desde un complejo de superioridad que ya no piensa aceptar.

La Unión Europea y ALC tienen necesidades diferentes y, por lo tanto, también formas distintas de resolverlas. La primera sigue anclada en la promoción de su modelo de gobierno; en resolver su soberanía energética y recuperar su solvencia económica, sin olvidar su pasado conquistador. La segunda, lucha contra la desigualdad, pobreza, corrupción y por la construcción de una política de seguridad efectiva. 

Europa debe cuestionarse por qué existe un ascenso de la extrema derecha conservadora y excluyente en su región, mientras que ALC transita hacia gobiernos progresistas e incluyentes. ALC debe poner en balanza el proceso democrático que vive en la mayor parte de los países que la integran, y contrastarlo con la crisis de valores que experimenta el viejo continente.